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de lobos a perros
Descubre el increíble viaje desde el lobo hasta tu mejor amigo. Explora la historia, cómo evolucionaron los perros y el proceso de domesticación, que transformó al lobo, en el compañero inseparable del ser humano. Un fascinante trayecto que te encantará conocer y profundizar de la mano de Adrián Romairone.
El éxito evolutivo de una especie
Estudiar la historia evolutiva del perro es comprender la evolución histórica del ser humano.
El hombre de Neanderthal, Homo sapiens, los cambios climáticos de la prehistoria y el lobo tienen mucho que contarnos sobre nuestros perros. De esta alianza milenaria e indestructible os quiero hablar, y para eso, nada mejor que conocer a fondo a uno de los principales protagonistas: el perro.
Conocer en qué momento se produce la divergencia entre el lobo y el perro, en qué lugares geográficos ocurrió, así como los más precisos detalles acerca de su domesticación, saber acerca de la creación de las razas, profundizando en los aspectos de su salud y sobre el azote de la enfermedad, forman pilares básicos, para comprender más y mejor a nuestros perros.
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La coprofagia es el hábito de comer materia fecal. Es habitual en muchas especies, y salvo excepciones, no implica un problema de salud.
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La posibilidad de digerir el almidón dotó al perro de un potencial evolutivo sin precedentes.
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Lobos y perros. 42 dientes, un patrimonio compartido
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La composición dental le ha asegurado al lobo, y a través de él al perro, una evolución adaptativa de éxito.
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Pasión por los lobos, devoción por los perros
Mi historia con los lobos y con los perros , se divide en dos grandes momentos a lo largo de mi vida. El primero, en forma de recuerdo, fue de cachorro a cachorro, en mí siempre añorada Patagonia. Tenía 6 años, y pude experimentar una sensación indescriptible, cuando visité, junto a mi madre, a una perra que estaba amamantando a su camada. La conexión que marcaría mi vida para siempre, empezó, cuando pude tocar, por primera vez, a uno de esos cachorros.
Pasaron muchos años y ya viviendo en sobrias y frías tierras castellanas, tuve el privilegio de conocer al lobo ibérico en libertad, la otra parte del sentimiento traducido en pasión.
Perros y lobos se unieron en un instante y pasaron a formar parte, junto a mi familia, de mis horas de campo, de lectura y de trabajo. Como veterinario he conocido la alegría de poder devolver la salud a un animal y la tristeza del fracaso, cuando todos los esfuerzos dejan paso al vacío que produce la impotencia de no poder hacer más. Todos los contenidos de este trabajo son un homenaje a los perros, esos seres incondicionales que nos dan todo a cambio de nada. Y al lobo, aunque solo sea por habernos legado al perro, dejémosle vivir en paz.