Dog genoma, se abre el libro..

TASHA era una hembra de boxer, de 12 años de edad. Completó el trabajo iniciado dos años antes con un caniche macho, de nombre Shadow. El ADN de ambos, abrieron las puertas al estudio de muchas enfermedades en el perro, muchos factores que ayudaron a comprender la biología del perro doméstico, pero también han contribuido a entender el origen de muchas enfermedades en el ser humano, y tener acceso al estudio de procesos naturales en la vida de la especie humana, como el envejecimiento.

TASHA la perra boxer que completó la secuenciación del genoma canino

El genoma del «perro» se secuenció por primera vez en 2005; el animal elegido en particular fue una boxer pura, llamada Tasha. Los conocimientos sobre genética han avanzado mucho desde entonces. En el pasado, las tecnologías de vanguardia podían indicar regiones de interés para una mutación particular que probablemente sea responsable de un determinado fenotipo en una raza determinada. El inconveniente estaba en que esas regiones de interés podrían tener millones de pares de bases de largo.

Encontrar una mutación significativa y no simplemente el resultado de una deriva genética podía ser una tarea titánica, que necesitaba mucha inversión de tiempo y de recursos. Pero la secuenciación del genoma completo (identificar cada par de bases en una muestra) se ha vuelto más accesible y la capacidad de los recursos informáticos para analizar y comparar diferentes genomas es mucho mas potente y económico en la actualidad.

El perro (Canis familiaris o Canis lupus familiaris) ha evolucionado hasta convertirse en un modelo biomédico imprescindible para estudios sobre las bases genéticas de las enfermedades, el comportamiento, la biología evolutiva de la especie, la comprensión del proceso de domesticación y por añadidura, ayuda a descifrar muchos interrogantes de la evolución humana.

2005. El genoma del perro, ha sido descifrado. A partir de ese momento, identificar los genes que hacen que los perros (y las personas) sean vulnerables al cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes, epilepsia, ceguera, sordera e incluso algunos trastornos psiquiátricos, ha dejado de ser un problema sin solución, para empezar a ser una hipótesis de trabajo, con prometedoras posibilidades de ser comprendidos y resueltos.

Los perros [Canis lupus familiaris] fueron la primera especie animal en ser domesticada. Estudios recientes han comenzado a revelar cuándo y dónde se produjo la domesticación de los perros. Si bien se ha avanzado mucho en la identificación de la base genética de las diferencias fenotípicas entre razas de perros, todavía sabemos relativamente poco sobre los cambios genéticos subyacentes a los fenotipos que diferencian a todos los perros de sus progenitores salvajes, los lobos [Canis lupus].

En particular, los perros generalmente muestran menos agresividad y miedo hacia los humanos en comparación con los lobos. Por lo tanto, la selección para la mansedumbre fue probablemente un requisito previo para su domesticación. Con la creciente disponibilidad de datos de secuencias del genoma canino completo, no es arriesgado intentar identificar las variantes en el genoma que contribuyen a las diferencias externas (de morfología) entre Canis lupus y Canis lupus familiaris.
La historia del perro doméstico se remonta al menos a un rango entre 40.000 y 15.000 años, (y muy probablemente a cifras cercanas a los 100.000 años), hasta su domesticación original a partir del lobo gris. Los perros evolucionaron a través de una relación creciente con los humanos, compartiendo espacio y comida.

En los últimos siglos, los humanos han criado selectivamente (selección artificial) perros que se destacan en el pastoreo, la caza, la obediencia y otros en el simple hecho de formar parte de una familia, dando lo mejor de sí, a cambio de nada.. Los perros también han sido criados según las características físicas deseadas, como el tamaño, el desarrollo corporal, el color, la tipo de pelo y el carácter, logrando en este trabajo, razas con morfologías muy características y distintas entre sí.
Como consecuencia de estos estrictos programas de cría se han producido cuellos de botella periódicos en la población. Muchas de las 400 razas de perros actuales, muestran una alta prevalencia de enfermedades específicas, incluidos cáncer, patologías cardíacas , cataratas y ceguera, epilepsia, malformaciones vertebrales que conducen a problemas como la siringomielia en el Cavalier King Charles, , displasia de cadera y codo en muchas razas y sordera en otras tantas.

La mayoría de estas enfermedades también se observan comúnmente en la población humana, y las manifestaciones clínicas en las dos especies suelen ser similares. He aquí otro de los grandes beneficios que aporta la especie canina al ser humano: son modelos biomédicos para encontrar soluciones a nuestras enfermedades y con ello contribuir aún más a nuestro bienestar como especie.